El arquitecto ha hecho de su región natal su zona de trabajo, participando en concursos públicos y buscando desde su vereda ser un aporte a la comunidad.
La Escuela Básica Cantino de Vilcún es uno de los últimos proyectos públicos de Jaime Gatica en La Araucanía.
De una familia de primera generación de profesionales, para Jaime Gatica no existía un referente en la arquitectura. Por lo mismo, él reconoce que no tenía muy claro qué quería estudiar, y que su “motivación partió por buscar una carrera que estuviera más vinculada al arte, algo que no fuera tan ingenieril, y creo que en arquitectura encontré ese equilibrio interdisciplinar”.
Esto se suma a que era demasiado inquieto, algo que él mismo reconoce, y estudiar arquitectura, una carrera con mucha intensidad, “me mantenía constantemente ocupado inventando cosas y eso ayudó mucho a no aburrirme cosa que creo hubiese pasado en otra carrera distinta”.
Así, Jaime llegó a estudiar arquitectura en la Universidad Autónoma del Sur, actualmente Autónoma de Chile. “Era una escuela muy regionalista en aquellos años”, señala Gatica, quien recuerda que era “una facultad pequeña, que fue forjada al alero de la escuela de arquitectura de la del Biobío, y que al pasar de los años tomó vuelo propio”.
Titulado en 2005, Jaime nunca dejó esa facultad, armó su carrera como académico y desde ayudante llegó a ser profesor titular, hasta el año 2018, cuando fue invitado a participar del nuevo proyecto de la facultad de Arquitectura Arte y Diseño de la Universidad Católica de Temuco.
“Ha sido sumamente interesante, mi carrera profesional deambula entre la academia y el ejercicio profesional, creo que es esa combinación me ha ayudado mucho a desarrollar mi oficio fuera del aula. Cuando estas en la academia nunca dejas de aprender de tus pares y estudiantes, por lo tanto, cada encargo es un desafío donde aplicas constantemente la experiencia académica con la experiencia profesional”, explica Gatica.
Ser arquitecto de provincia tiene sus dificultades, no es lo mismo que trabajar desde Santiago. Tener tu plataforma de trabajo en una región como La Araucanía es un ejemplo de eso. “Es cierto, esto puede ser visto como una desventaja. En mi caso, y mirando mis años de trabajo hacia atrás, siento que fue una ventaja, porque el hacer en una región tan carenciada donde hay mucho por hacer, despertó mi interés por comenzar a desarrollar una carrera desde los encargos de arquitectura pública”, señala Jaime.
Cuartel de Bomberos Pompier Suisse, Lautaro
“Partí desarrollando proyectos en mi pueblo natal, Lautaro, desde espacios públicos a equipamientos de mediana escala; de esa experiencia fui acumulando aprendizajes que me permitieron forjar una ruta como consultor, participando principalmente en concurso públicos”, agrega.
Para él, ese fue de alguna forma el camino que le permitió poder hacer obras, principalmente porque sus encargos para clientes privados son relativamente menores al desarrollo de proyectos públicos. “Creo que es porque en esta región los clientes que invierten en arquitectura privada son escasos. la mayoría de esos encargos son desarrollados por colegas de Santiago. Ante esa disyuntiva forjar un camino como independiente es más lento, pero hacer arquitectura siempre será un proceso más lento que el de otras disciplinas”, aclara el arquitecto.
De esta forma, Jaime eligió un camino independiente, que con el paso de los años se ha ido forjando, ya logró “armar un taller de arquitectura más bien boutique, llamado Taller Viga Maestra. Desde esta plataforma de trabajo apuesto más bien a una factura más artesanal de arquitectura y no bajo el concepto de oficina o estudio, porque eso implica un grupo de operación mayor, donde creo se pierde la idea de hacer arquitectura más de autor”.
Gatica cree que “una oficina grande implica equipos de trabajo más grandes y creo le pierdes un poco el rastro a tu trabajo y te terminas transformado más en un gestor que administra proyectos y eso la verdad no me motiva mucho, prefiero algo más personalizado de una escala pequeña que se dedique a resolver íntegramente los encargos. Así lo pienso por ahora”.
Sus intereses
Jaime explica que inspira su trabajo en las cosas que ve y lo referencian, y como buen habitante de la latitud sur, son “los pueblos de madera, la lluvia, el frío, los trenes, la poesía lárica de Jorge Tellier, el paisaje natural único de esta región”.
Luego, cree que cada encargo toma una condición particular del usuario, del lugar y de una problemática distinta para cada caso, “siento que nada de lo que hago es igual a lo otro, intento que cada encargo tome vida propia, eso independiente de que uno tenga sus maneras de resolver, pero eso se da de una manera bastante inconsciente”.
Gatica tiene una maestría en eficiencia energética y sustentabilidad, dice que esa especialización lo ayudó a ver la arquitectura con otra mirada, “tomar conciencia de que un edificio es un ser viviente que tiene comportamientos fisiológicos, respira, se enfría, se acalora, se envejece. Por lo tanto, cada decisión de diseño es fundamental para hacer de una obra un buen lugar para habitar y, por otro lado, esta especialización hace un fuerte hincapié en lo técnico y eso un poco me obsesiona, la arquitectura debe ser de un alto rigor técnico”.
La arquitectura
La aplicación de nuevas tecnologías para la ejecución de obras ha sido una evolución que ha tenido la arquitectura en el último tiempo. Jaime reconoce que eso le interesa mucho, y que lo está implementando en su trabajo, “estoy absolutamente convenido de aquello, la arquitectura es un oficio en constante evolución ante esto el aprendizaje debe ser continuo y constante”.
Jardin Infantil Las Abejitas, JUNJI Temuco
Lo ha desarrollado en sus proyectos, principalmente con la “fabricación digital en madera, de la mano de una empresa llamada TIMBER, con quienes desarrollamos ingeniera fina y montaje al detalle de las obras que estoy diseñando. Es una tremenda ventaja al momento de obtener un producto final de alta calidad de diseño y acabado de terminaciones”.
De todas formas, él reconoce que la arquitectura está cada vez más compleja, principalmente desde las exigencias tecnológicas y gubernamentales. “Al menos la arquitectura publica cada vez exige más y nuevos desafíos, como procesos de certificación de sustentabilidad, eficiencia energética, aplicación de nuevas metodológicas de diseño mediante potentes softwares que facilitan la coordinación de obra”, afirma.
Nuestro país no se queda atrás en ese punto, donde ha logrado un posicionamiento a nivel global del alero de grandes arquitectos, los que han sido fuente de inspiración de las nuevas generaciones de profesionales.
“Se habla mucho de eso y de esa particular manera de hacer en un país donde los recursos siempre son limitados, pero que tiene la genialidad creativa de esa generación dorada de arquitectos chilenos logro hacer muy buena arquitectura y sembrar el camino para los que viene más atrás”, asegura.
Uno ve avances significativos de las ciudades, principalmente en las capitales, donde claramente la inversión tanto pública como privada es mayor y eso va de la mano con mejoras en infraestructura y desarrollo urbano.
Cuartel de Bomberos Santa Olga - Jardín Infantil Pewen, Melipeuco - Cuartel de Bomberos Contulmo
“Sí me preocupa la forma en cómo se hacen las inversiones. En eso creo estamos al debe, sobre todo en un contexto de crisis social en el cual estamos viviendo, creo en parte este gran conflicto social se debe a que nuestras ciudades son absolutamente segregadoras, poco integradas, mal planificadas y eso conlleva a una serie de conflictos”, expone Gatica.
“Creo que falta una visión más coordinada para planificarla, por un lado, un servicio diseña una ciclovía y luego atrás viene otro servicio construyendo un parque que nunca converso con el que estaba haciendo el diseño de la ciclovía. Finalmente, todo se transforma un desorden urbano que poco contribuye a tener una visión de ciudad moderna. Estamos al debe, pero creo existe la gente idónea para pensarlo de mejor manera”, continúa.
Su rol como académico
Como profesor universitario, dice que el futuro de la arquitectura en Chile ha tenido un giro después de la crisis social que estamos viviendo, “lo que se viene es una arquitectura que hará hincapié en un profundo contenido hacia lo social, la inversión en obras que traten de mejorar las condiciones de segregación nos debería hacer detenernos en enfocar la mirada hacia los grandes temas país y desde esa perspectiva ponernos al servicio de tratar de emparejar la cancha”.
Y Jaime añade que “en eso la arquitectura y el urbanismo tiene mucho que decir porque de algún modo ambas en conjunto pueden ser modificadores de conducta y un vehículo para llevarnos al desarrollo con un fuerte acento en hacer de este desarrollo algo digno y más humano”.
Hoy, Jaime es profesor de taller ciclo intermedio, explica que su perfil académico “es proyectista, y eso trato de trasmitir a mis estudiantes, desarrollar proyectos de arquitectura con un nivel de desarrollo y complejidad mayor. El ciclo intermedio es cuando los estudiantes ya comienzan a enfrentarse a encargos menos abstractos y más reales, el estar constantemente haciendo obras me permite cruzar ese conocimiento con los estudiantes”.
Su trabajo y el Pino Modificado Térmicamente Topwood
“Mi pasión por la madera siempre me llevo a cuestionarme como poder conseguir un producto de alta calidad, que tenga excelentes comportamientos a los agentes externos que normalmente atacan un edificio; madera estable que tenga una buena vejez y que sea capaz de dar un potente aporte estético a la obra”, dice Jaime cuando le preguntan por Topwood y cómo llegó a incluir a la empresa en sus obras.
“Investigando llegué a la madera modificada térmicamente que se desarrollaba principalmente en los países escandinavos y mi sorpresa fue tal cuando me enteré de que en Valdivia existía un emprendimiento que estaba desarrollando este producto ante lo cual no dude en contactarme para poder especificarlo en algunas obras”, añade.
Actualmente, el arquitecto ha incorporado Topwood en infraestructura pública, cosa que antes con revestimientos de madera convencionales era imposible de aplicar, ya que lo que más te exigen las unidades técnicas es que la obra tenga un costo de mantención de su vida útil lo más bajo posible, “y ante las cualidades técnicas de la madera Topwood fue posible competir de igual a igual con otros materiales que si aseguraban esa relación costo de mantención en el tiempo”.
“Lo hemos instalado como revestimiento de terminación desde obras tan variadas como cuarteles de bomberos, colegios, viviendas, un rodoviario, un mercado de abasto entre otras. Su principal valor está en el aporte estético, por otro lado, su aporte como un material sustentable genera grandes beneficios en el ciclo de vida de la obra”, finaliza Gatica.
Escuela Básica Cantino, Vilcun. Revestimiento de pino modificado térmicamente machihembrado
Cuartel de Bomberos, Contulmo. Revestimiento de pino modificado térmicamente machihembrado
Periodista: Carlos Pérez de Arce Díaz
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